Hoy no toca receta... toca truco!
Es algo que he experimentado sin querer pero que creo que funciona, por lo menos a mí.
Esta entrada se basa en el odioso lloriqueo que provocan las cebollas al pelarlas y cortarlas!
Conseguí evitar que el lloriqueo apareciese humedeciendo las cebollas en agua, lavándolas y dejándolas un rato en remojo, y luego al cortarlas en juliana o en taquitos no me produjo irritación en los ojos, o por lo menos me tardó mucho más en aparecer.
Probarlo y comentarme si habeis llorado tanto como en ocasiones anteriores o es que ha sido pura casualidad las veces que yo lo he hecho! jaja
Gracias!
Un saludo!!
Estefanía
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